Desde los años 50
La carboxiterápia se abre camino dentro de los procedimientos no invasivos, actualmente
es uno delos más populares. Consiste en inyectar Dióxido de Carbono (CO2) en
los tejidos sub-cutáneos a través del uso de pequeñas inyecciones.
¿Cómo funciona?
Cuando el dióxido
de carbono es inyectado produce una distensión grande del tejido subcutáneo,
liberando serotonina, histamina y catecolaminas que estimulan los
beta-receptores adrenérgicos produciendo la descomposición de las células de
grasa. Como resultados se podrán obtener, tejidos más firmes, reducción de la celulitis,
menor cantidad de células de grasa, el rejuvenecimiento de la zona, reducción
de las estrías y cicatrices.
También es utilizada
como tratamiento postoperatorio de la liposucción o cirugías estéticas para
corregir irregularidades de la piel, prevenir fibrosis y mejorar los
resultados.
¿Y las contraindicaciones?
La Carboxiterapia es para pacientes que gocen
de buena salud. Los que sufran de insuficiencia hepática (hígado),
respiratoria, renal (riñón) y cardiaca, diabetes, cáncer, trastornos de la
circulación, epilepsia, otros problemas de corazón, hígado y riñón, asma activa
y problemas o infecciones en el área a ser tratada podrían no estar calificados
para recibir este tratamiento. Las mujeres embarazadas o en periodo de
lactancia tampoco podrán aplicarse este tratamiento.
¿Cuánto duran sus
efectos?
En caso de que se
comprometa a seguir un programa de ejercicios y una dieta sana los resultados
podrían durar por años, pero si por el
contrario la alimentación no es buena y se lleva un estilo de vida sedentario,
el problema volvería en poco tiempo. Algunos pacientes requieren de sesiones de
retoque, si se observa alguna decoloración del área tratada no se debe dudar en
asistir al especialista, la intervención temprana es la clave.
Por lo general,
son necesarias de dieciséis a veinte sesiones de tratamiento de Carboxiterapia,
dependiendo de la zona a tratar y la meta planteada.
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