El tatuaje es una de las artes más antiguas, arte que se realiza por varios motivos, desde tatuajes que forman parte de una expresión de pertenencia (étnicos, identidad a una afición o cultura), tatuajes por individualismos o por rebeldía, hasta tatuajes culturales o social para marcar esclavos y criminales.
Actualmente su ejecución se ha modernizado
aunque esto no significa que no se corran riesgos al realizarse uno. Ya sea un
tatuaje artístico o cosmético (diseño de cejas o delineados de maquillaje) el
tatuaje puede producir problemas en la salud, esto lo indica la Comisión
Europea al que ha tenido acceso la agencia ‘EFE’.
Más allá de la transmisión de
enfermedades (sida y hepatitis) por infección de agujas, si eres
propenso a sufrir de psoriasis o vitiligo, la realización del tatuaje puede
alterar tu dermis y hacer manifestarse dichas enfermedades. Además la calidad de las tintas aplicadas juegan
un factor determinante en el resultado final del tatuaje y sus consecuencias en
la salud.
La comisión Europea alerta que el uso de tintas que contengan
metales pesados o hidrocarburos puede desencadenar una serie de reacciones alérgicas
en la piel. La CE afirma que algunas tintas también pueden contener compuestos azoicos
los cuales pueden liberar aminoácidos aromáticos cancerígenos. La degradación
al pasar de los años, la radiación
ultravioleta o láser, puede hacer reaccionar estos aminoácidos y así producir efectos nocivos para la
persona que lo lleva.
Por otra parte, Yael Adler, dermatóloga
más famosa de Alemania, señala en su libro Cuestión de piel lo siguiente: «Las
células del sistema inmune aíslan una parte de los pigmentos colorantes y estos
permanecen encapsulados para siempre en la dermis como si fueran un paquete de
cuerpos extraños. Mientras que otra parte del pigmento colorante es
transportado a través de la linfa con la esperanza de que tal vez los ganglios
linfáticos consigan apañárselas con el problema. Pero evidentemente tampoco
saben cómo desalojar estos desechos tóxicos. De ahí que sean enviados a un
depósito final». La doctora alerta que muchos de estos pigmentos pueden
producir cáncer o hacerse pasar por cáncer y solo en la intervención quirúrgica
es cuando se puede determinar que es realmente «Una estadounidense de 32 años
padecía cáncer de cuello uterino. Llevaba ambas piernas tatuadas. Los
procedimientos suministradores de imágenes empleados para la búsqueda de
metástasis mostraron nódulos sospechosos en el bajo vientre, por lo que sometieron
a la joven a una operación de vaciado. Sin embargo, después se supo que la
alteración de los ganglios linfáticos no se debía a la metástasis, sino a los
pigmentos del tatuaje, por lo que esta histerectomía radical era innecesaria».
Por lo que es de suma importancia, si consideras realizar un
tatuaje, tomar las siguientes precauciones:
- Verificar que el material a utilizar se encuentre esterilizado y sea de preferencia desechable antes de su uso.
- Realizar un test de alergia al pigmento previo al tatuaje: comprobar la composición de los colorantes, fabricante, lote, fecha de elaboración y fecha de caducidad.
- Verificar los componentes de las tintas que utilizarán en tu piel.
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