Las vitaminas son
sustancias que no pueden ser sintetizadas por el organismo humano, por lo que
deben ser aportadas desde el exterior ya sea con los alimentos o a través de la
piel (en el caso de la vitamina D). Son importantes porque intervienen en las
reacciones químicas relacionadas con aspectos centrales del metabolismo.
Existen vitaminas
que si se consumen desde temprano y supervisadas por un especialista, puede
ofrecer grandes beneficios y hasta prevenir la degeneración temprana de
nuestras células lo que implica nuestro envejecimiento:
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Vitamina
D: juega un papel importante en el tono muscular y estructuras de los huesos, llamada
por muchos la vitamina de la longevidad por esta cualidad. Puedes encontrar
esta vitamina en los pescados, huevos, leche fortificada y cereales.
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Vitamina
E: combate el envejecimiento de las células caudado por la oxidación, nutre y
revitaliza la apariencia de la piel, intensifica el sistema inmunológico
protegiéndonos de enfermedades o infecciones que degeneran. Ayuda además a
acelerar procesos de cicatrización. La puedes encontrar en aceites vegetales,
con más reseña a los de trigo, y oliva. Otra fuente de esta vitamina se
encuentra en la carne y en el hígado, al igual que en la yema de los huevos.
Los vegetales de hoja verde y las frutas como la manzana o el kiwi son fuentes de
esta importantísima vitamina.
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Betacaroteno:
compensan la acción de los radicales libres. Puedes encontrarlo en la zanahoria,
pimientos, espinaca, brócoli, calabaza, etc.
Desde ya incluir
dentro de tu dieta estos alimentos, puede ser tu fórmula para retardar el
envejecimiento celular y sentirte y verte más joven.